En el desarrollo de sus actividades, las personas servidoras
públicas evitarán la afectación del patrimonio cultural de cualquier tipo y de los ecosistemas del planeta; asumen una férrea voluntad de respeto, defensa y preservación de la cultura y del medio ambiente;
y promueven en la sociedad la protección y conservación de la cultura y el medio ambiente, al ser el principal legado para las generaciones futuras.